También conocidos como mantos de control de erosión permanentes o mantos antierosión permanentes, son recubrimientos tridimensionales fabricados con materiales sintéticos como polipropileno o poliéster de alta resistencia, diseñados para ser instalados sobre la superficie del suelo con el objetivo de controlar la erosión superficial y promover la revegetación natural en taludes, canales, cunetas y otras áreas propensas a la degradación del suelo.